martes, 11 de diciembre de 2007

"AL FIN EL GOBIERNO VA A SER DE UNA MUJER"


Así dice Callejeros en una linda canción que habla de un mundo ideal. La verdad que siempre espere que una mujer ocupe el sillón presidencial. Sentía que sería una gran paso en la ansiada igualdad de géneros. Y el día llegó. Ayer, Cristina Fernández asumió la presidencia de la Nación enfundada en un austero vestidito blanco.
Pero que sea ella la mujer no me late bien. Que se pase el gobierno entre marido y mujer me suena a aristocracia del poder. Me suena a pelea matrimonial llevada al ámbito laboral, solo que ese ámbito no es más ni menos que la Casa Rosada. Me recuerda a evita y a Peroncho. Es como si Cristinita cumpliera el sueño que dejo trunco la blonda abanderada de los pobres. No me da orgullo, pero tampoco me indigna. Me da igual. Mejor que sea para bien.
De todas maneras querida pingüinita: mucha suerte en su gestión!!!!
Que sea con honor y lealtad, así de verdad voy a sentir que la personalidad femenina ha llegado alto.

1 comentario:

JB dijo...

Con apesadumbrado asombro, y hasta con desdén, observo y leo detenidamente cada párrafo de tu aporte comunicacional. Claro está que no abundan en esa ráfaga de incontinencia expresiva una línea que defina objetivamente un proceso exitoso en la conquista del género ni en la persecución del fin último liderado desde antaño por las más copiscuas políticas que abundaron con la entrada en escena del socialismo de Juan B. Justo en la Argentina. De lado deben quedar las pasiones, la insignia partidaria y la búsqueda de conflicto. La asunción de Cristina Fernandez marca un hecho histórico en la constitución de una identidad de poder femenino que, sin ningún lugar a dudas, promueve y alimenta esperanzas, sueños y deseos de que en un país tan endeble y extremadamente dogmático las mujeres añoren un futuro distinto al que sus ancestros soñaron digitarles. La mujer ha llegado al poder, sea cual fuere el mecanismo que ha utilizado. Permitamosnos soñar, y de paso exigirle, que actúe desde el lugar que nunca nadie ha podido actuar, enarbolando la igualdad de género y conquistando todo aquello que mi abuela jamás pudo vislumbrar.

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